Ganadería "Saltillo" Peñaflor (Sevilla).


Ganadería "Saltillo" Peñaflor (Sevilla).


Finca "La Vega" donde pastan los machos de D. José Joaquín Moreno de Silva. Peñaflor (Sevilla).

ganadería, cuya parte principal pasa a don Salvador Varea en 1805 y de éste en 1820 a don Pedro José Picavea de Lesaca. Posteriormente pasa a su viuda y de ésta a su hijo don José Picavea de Lesaca. En 1845 le adquiere don Antonio Rueda de Quintanilla, Marqués de Saltillo. En 1880 pasa a su viuda doña Francisca Osborne y de ésta a su hijo, que poseía el mismo título que su padre. Al fallecimiento de éste, en 1918, su viuda vende la ganadería a don Félix Moreno Ardanuy. Tras su fallecimiento en 1960, pasa a su hijo don Félix Moreno de la Cova que a partir de 1969 anuncia “La Vega”. Desde 1978 pasa a denominarse “Saltillo”. De don Félix Moreno de la Cova pasa a sus hijos don Félix y don Enrique Moreno de la Cova Maestre, que en el año 2000 la aportan a la sociedad ganadera Saltillo, S.L. Esta ganadería es origen de grandes y famosas ganaderías en España como Marqués de Albaserrada (victorinos), Santa Coloma (Buendía) y México como “Piedras Negras” y “San Mateo”. En el 2013 D. José Joaquín Moreno de Silva compra el hierro y la ganadería anunciándose todo en lo sucesivo a nombre de 'Saltillo'.



Procedencia actual: Marqués de Saltillo.


Divisa: Azul celeste y blanca.

Da nombre a este encaste el título nobiliario (marqués de Saltillo) de Antonio Rueda Quintanilla, quien compró en 1854 la ganadería vistahermoseña de la Viuda de Lesaca, depurándola y creando una vacada extraordinaria que pronto fue la predilecta de los grandes espadas como Guerrita. Se tiene hoy por una raza encastada cuando en el pasado se la había tachado de "comercial" al ser del gusto de los toreros.


La ganadería estuvo en manos de la viuda del marqués y posteriormente a las del segundo marqués, Rafael Rueda Osborne.


De ella han bebido las vacadas de Félix Moreno Ardanuy, José Joaquín Moreno Silva y la del Marqués de Albaserrada y por tanto, la de Victorino Martín. Además, ésta sangre, a través del Conde de Santa Coloma, fue origen de la de Joaquín Buendía. La práctica totalidad de las ganaderías mexicanas tienen este origen.


Toro de poca caja, musculado y de aspecto más bien vareado, degollado de papada, fino de cabos, estrecho de sienes, de poco peso, poco exagerado de cuerna, mirada viva, de fino hocico. Los pitones suelen ser vueltos pero varían según la selección que hayan llevado los distintos ganaderos que optaron por esta sangre, así el toro de Buendía, el de Moreno Silva y el de Victorino Martín han llegado a diferenciarse sustancialmente en el tiempo.



El de Saltillo es un toro bravo y encastado, duro de patas, que suele embestir al paso (lo de Parladé embiste al galope) pero siempre muy humillado. Un toro capaz de reponerse porque su embestida le permite revolverse pronto si no se le lleva muy sometido, en línea y por abajo, No es una embestida para torear de cadera a cadera o reunido, sino más bien en línea, muy tapado y ligado.

Señal oreja: Hoja de higuera y rabisaco en ambas.

Entrar en la finca “La Vega” donde pastan los machos de D. José Joaquín Moreno de Silva, ganadero del mítico hierro de  “Saltillo”. 


En la finca La Vega, en el sevillano término de Peñaflor, nos recibe Enrique, el mayoral de esta mítica divisa. Su padre ya fue mayoral aquí, y él lleva dedicando su vida a estas reses desde los veintitrés años. Conoce todos y cada uno de los animales como lo que es, quien los cuida y mima desde que nacen y se destetan de sus madres. 


ORÍGENES

La ganadería del Marqués de Saltillo procede directamente de una de las partes en las que se dividió la vacada del Conde de Vistahermosa, concretamente el lote adquirido en 1823 por Salvador Varea, que posteriormente llegó a poder de la familia Picavea de Lesaca, quien la mantuvo entre 1827 y 1854, vendiéndola entonces a Antonio Rueda y Quintanilla, Marqués de Saltillo.

 En el momento de efectuar la adquisición, la vacada estaba integrada por unas ochocientas cabezas que, el Marqués y posteriormente sus herederos, seleccionaron y afinaron considerablemente hasta que en 1918 compró la ganadería Félix Moreno Ardanuy, cuyos descendientes siguen manteniendo aún la procedencia de Saltillo.

 La importancia del encaste de Saltillo en la actual cabaña brava de nuestro país es puramente testimonial, como lo es igualmente el número de efectivos puros de esta línea ganadera que subsisten en España. No ocurre lo mismo en otros países, como Méjico, donde estas reses constituyen la base de las ganaderías de lidia allí existentes.

 Además, en España, las vacadas derivadas de Saltillo lidian muy pocos productos, llevan muchos años ausentes de las principales ferias y, salvo el hierro de Moreno Silva, tampoco están presentes en plazas y festejos de altura, de modo que este encaste es ahora mucho más relevante por su influencia en la creación de los de Santa Coloma y Albaserrada, que por sí mismo.


 EL PROTOTIPO DEL ENCASTE DE SALTILLO

 Morfológicamente los ejemplares de Saltillo son de tamaño medio, en relación con el conjunto de la raza de lidia. Tienen generalmente un perfil cefálico recto y su cara es más bien alargada, rizosa y de aspecto fiero. Suelen ser estrechos de sienes, están dotados de ojos grandes y saltones, con mirada muy viva y presentan con mucha frecuencia el hocico afilado.

 De hecho, este hocico de rata sólo se da con regularidad en tres encastes, el de Saltillo y por influencia del mismo en los de Santa Coloma y Albaserrada.

 Las encornaduras de los ejemplares puros de Saltillo no aparecen excesivamente desarrolladas, sino que son finas en su base y alcanzan una longitud media o incluso más corta, dirigiéndose normalmente hacia arriba (corniveletos) y más raramente hacia arriba y luego hacia atrás (cornivueltos) o hacia arriba, hacia fuera y finalmente hacia atrás (cornipasos).

 El cuello es largo, con poco morrillo y la papada casi imperceptible, abundando en su condición de "degollados". La línea dorso-lumbar es muy recta, la grupa redondeada y las extremidades finas y de longitud media, acordes con el resto del esqueleto, mientras que la cola es fina y no muy larga.

 En conjunto son reses de poco volumen, bajas de agujas y que lucen capas cárdenas y negras. Los accidentales que acompañan a dichos pelajes son mucho más reducidos que los descritos como característicos en los "santacolomas", destacando la presencia del entrepelado, bragado, meano, axiblanco, listón y rabicano, mientras que las particularidades en forma de manchas blancas en la cabeza, extremidades, cola o en región del ijar son muy poco frecuentes.


 LAS VACAS DEL ENCASTE DE SALTILLO

 Las hembras de este encaste son más bien pequeñas de talla y presentan un perfil cefálico característicamente recto, pudiendo darse ocasionalmente alguna que sea subcóncava.

 La cabeza es considerablemente alargada, estrecha de sienes y de mono, presentando con frecuencia el llamado hocico de rata. Los ojos son grandes y saltones y las encornaduras se sitúan en una posición alta de la cabeza, siendo muy finas en todo su desarrollo. Generalmente predominan las corniveletas y acapachadas, pero también se dan corniapretadas, brochas, corniabiertas, playeras y más raramente cornivueltas y cornipasas.

 El cuello es largo y fino, y la papada apenas se evidencia (degolladas). La línea dorso-lumbar suele ser muy recta y la ventral no resulta muy prominente. No suelen ser anchas ni de pecho, ni de grupa. Las extremidades son finas y proporcionalmente más largas que las de los machos. Las ubres presentan aspecto globoso y tamaño medio, mientras que la cola es fina y larga.

 En conjunto tienen un aspecto muy vivaz y son armónicas y bonitas, destacando por su espectacularidad las de pintas cárdenas y encornaduras veletas, que se identifican como más características del encaste.


 EL COMPORTAMIENTO DEL ENCASTE DE SALTILLO

 En cuanto a su comportamiento durante la lidia, los toros de Saltillo son marcadamente agresivos y en la actualidad, salvo excepciones, resultan complicados para la práctica del toreo moderno.

 Son bastante desiguales en su pelea durante el primer tercio, dándose algunos muy bravos, junto a otros que mansean claramente. Además tienen tendencia a desarrollar sentido y dificultades durante la faena de muleta aunque también salen algunos ejemplares con mucha calidad. Por estas razones hace ya mucho tiempo que sólo los lidian diestros que no pueden imponer sus exigencias en los carteles.

 En la actualidad únicamente subsisten en España tres ganaderías puras de este origen vinculadas a la familia Moreno de la Cova, la de Moreno Miura, antes de Javier Moreno de la Cova; la que se anuncia a nombre de Saltillo, dirigida por Enrique Moreno de la Cova y la de José Joaquín Moreno de Silva.


Mayoral: D. Enrique Ruiz La Vega Molino. 

Propietario:

D. José Joaquín Moreno de Silva

 Pº de la Castellana, 114, 5 - 4

28046 MADRID

Telf.: 609 54 61 62



La Vega. Peñaflor (Sevilla).


Saltillo

Sigla: UFB

Asociación: Unión de Criadores de Toros de Lidia. UCTL.

Localización: Peñaflor (Sevilla).

Propietario:

D. José Joaquín Moreno de Silva

 Pº de la Castellana, 114, 5 - 4

28046 MADRID

Telf.: 609 54 61 62

Representante:

D. José Joaquín Moreno de Silva

 Pº de la Castellana, 114, 5 - 4

28046 MADRID

Divisa: Azul celeste y blanca.

Señal oreja: Hoja de higuera y rabisaco en ambas.

Fincas: 'Molino Chirrión' Constantina (Sevilla), 'La Vega' Peñaflor (Sevilla)

Historia: En la segunda mitad del siglo XVIII, el Conde de Vistahermosa forma su famosa ganadería, cuya parte principal pasa a don Salvador Varea en 1805 y de éste en 1820 a don Pedro José Picavea de Lesaca. Posteriormente pasa a su viuda y de ésta a su hijo don José Picavea de Lesaca. En 1845 le adquiere don Antonio Rueda de Quintanilla, Marqués de Saltillo. En 1880 pasa a su viuda doña Francisca Osborne y de ésta a su hijo, que poseía el mismo título que su padre. Al fallecimiento de éste, en 1918, su viuda vende la ganadería a don Félix Moreno Ardanuy. Tras su fallecimiento en 1960, pasa a su hijo don Félix Moreno de la Cova que a partir de 1969 anuncia “La Vega”. Desde 1978 pasa a denominarse “Saltillo”. De don Félix Moreno de la Cova pasa a sus hijos don Félix y don Enrique Moreno de la Cova Maestre, que en el año 2000 la aportan a la sociedad ganadera Saltillo, S.L. Esta ganadería es origen de grandes y famosas ganaderías en España como Marqués de Albaserrada (victorinos), Santa Coloma (Buendía) y México como “Piedras Negras” y “San Mateo”. En el 2013 D. José Joaquín Moreno de Silva compra el hierro y la ganadería anunciándose todo en lo sucesivo a nombre de 'Saltillo'.

Procedencia actual: Marqués de Saltillo.

Da nombre a este encaste el título nobiliario (marqués de Saltillo) de Antonio Rueda Quintanilla, quien compró en 1854 la ganadería vistahermoseña de la Viuda de Lesaca, depurándola y creando una vacada extraordinaria que pronto fue la predilecta de los grandes espadas como Guerrita. Se tiene hoy por una raza encastada cuando en el pasado se la había tachado de "comercial" al ser del gusto de los toreros.

La ganadería estuvo en manos de la viuda del marqués y posteriormente a las del segundo marqués, Rafael Rueda Osborne.

De ella han bebido las vacadas de Félix Moreno Ardanuy, José Joaquín Moreno Silva y la del Marqués de Albaserrada y por tanto, la de Victorino Martín. Además, ésta sangre, a través del Conde de Santa Coloma, fue origen de la de Joaquín Buendía. La práctica totalidad de las ganaderías mexicanas tienen este origen.

Toro de poca caja, musculado y de aspecto más bien vareado, degollado de papada, fino de cabos, estrecho de sienes, de poco peso, poco exagerado de cuerna, mirada viva, de fino hocico. Los pitones suelen ser vueltos pero varían según la selección que hayan llevado los distintos ganaderos que optaron por esta sangre, así el toro de Buendía, el de Moreno Silva y el de Victorino Martín han llegado a diferenciarse sustancialmente en el tiempo.

El de Saltillo es un toro bravo y encastado, duro de patas, que suele embestir al paso (lo de Parladé embiste al galope) pero siempre muy humillado. Un toro capaz de reponerse porque su embestida le permite revolverse pronto si no se le lleva muy sometido, en línea y por abajo, No es una embestida para torear de cadera a cadera o reunido, sino más bien en línea, muy tapado y ligado.

Antigüedad: 14/07/1845

Mayoral: D. Enrique Ruiz La Vega Molino. Telf. 676 52 43 28. Email: enriquelavega@hotmail.com

ORÍGENES

La ganadería del Marqués de Saltillo procede directamente de una de las partes en las que se dividió la vacada del Conde de Vistahermosa, concretamente el lote adquirido en 1823 por Salvador Varea, que posteriormente llegó a poder de la familia Picavea de Lesaca, quien la mantuvo entre 1827 y 1854, vendiéndola entonces a Antonio Rueda y Quintanilla, Marqués de Saltillo.

 En el momento de efectuar la adquisición, la vacada estaba integrada por unas ochocientas cabezas que, el Marqués y posteriormente sus herederos, seleccionaron y afinaron considerablemente hasta que en 1918 compró la ganadería Félix Moreno Ardanuy, cuyos descendientes siguen manteniendo aún la procedencia de Saltillo.

 La importancia del encaste de Saltillo en la actual cabaña brava de nuestro país es puramente testimonial, como lo es igualmente el número de efectivos puros de esta línea ganadera que subsisten en España. No ocurre lo mismo en otros países, como Méjico, donde estas reses constituyen la base de las ganaderías de lidia allí existentes.

 Además, en España, las vacadas derivadas de Saltillo lidian muy pocos productos, llevan muchos años ausentes de las principales ferias y, salvo el hierro de Moreno Silva, tampoco están presentes en plazas y festejos de altura, de modo que este encaste es ahora mucho más relevante por su influencia en la creación de los de Santa Coloma y Albaserrada, que por sí mismo.

 EL PROTOTIPO DEL ENCASTE DE SALTILLO

 Morfológicamente los ejemplares de Saltillo son de tamaño medio, en relación con el conjunto de la raza de lidia. Tienen generalmente un perfil cefálico recto y su cara es más bien alargada, rizosa y de aspecto fiero. Suelen ser estrechos de sienes, están dotados de ojos grandes y saltones, con mirada muy viva y presentan con mucha frecuencia el hocico afilado.

 De hecho, este hocico de rata sólo se da con regularidad en tres encastes, el de Saltillo y por influencia del mismo en los de Santa Coloma y Albaserrada.

 Las encornaduras de los ejemplares puros de Saltillo no aparecen excesivamente desarrolladas, sino que son finas en su base y alcanzan una longitud media o incluso más corta, dirigiéndose normalmente hacia arriba (corniveletos) y más raramente hacia arriba y luego hacia atrás (cornivueltos) o hacia arriba, hacia fuera y finalmente hacia atrás (cornipasos).

 El cuello es largo, con poco morrillo y la papada casi imperceptible, abundando en su condición de "degollados". La línea dorso-lumbar es muy recta, la grupa redondeada y las extremidades finas y de longitud media, acordes con el resto del esqueleto, mientras que la cola es fina y no muy larga.

 En conjunto son reses de poco volumen, bajas de agujas y que lucen capas cárdenas y negras. Los accidentales que acompañan a dichos pelajes son mucho más reducidos que los descritos como característicos en los "santacolomas", destacando la presencia del entrepelado, bragado, meano, axiblanco, listón y rabicano, mientras que las particularidades en forma de manchas blancas en la cabeza, extremidades, cola o en región del ijar son muy poco frecuentes.

 LAS VACAS DEL ENCASTE DE SALTILLO

 Las hembras de este encaste son más bien pequeñas de talla y presentan un perfil cefálico característicamente recto, pudiendo darse ocasionalmente alguna que sea subcóncava.

 La cabeza es considerablemente alargada, estrecha de sienes y de mono, presentando con frecuencia el llamado hocico de rata. Los ojos son grandes y saltones y las encornaduras se sitúan en una posición alta de la cabeza, siendo muy finas en todo su desarrollo. Generalmente predominan las corniveletas y acapachadas, pero también se dan corniapretadas, brochas, corniabiertas, playeras y más raramente cornivueltas y cornipasas.

 El cuello es largo y fino, y la papada apenas se evidencia (degolladas). La línea dorso-lumbar suele ser muy recta y la ventral no resulta muy prominente. No suelen ser anchas ni de pecho, ni de grupa. Las extremidades son finas y proporcionalmente más largas que las de los machos. Las ubres presentan aspecto globoso y tamaño medio, mientras que la cola es fina y larga.

 En conjunto tienen un aspecto muy vivaz y son armónicas y bonitas, destacando por su espectacularidad las de pintas cárdenas y encornaduras veletas, que se identifican como más características del encaste. 

 EL COMPORTAMIENTO DEL ENCASTE DE SALTILLO

 En cuanto a su comportamiento durante la lidia, los toros de Saltillo son marcadamente agresivos y en la actualidad, salvo excepciones, resultan complicados para la práctica del toreo moderno.

 Son bastante desiguales en su pelea durante el primer tercio, dándose algunos muy bravos, junto a otros que mansean claramente. Además tienen tendencia a desarrollar sentido y dificultades durante la faena de muleta aunque también salen algunos ejemplares con mucha calidad. Por estas razones hace ya mucho tiempo que sólo los lidian diestros que no pueden imponer sus exigencias en los carteles.

 En la actualidad únicamente subsisten en España tres ganaderías puras de este origen vinculadas a la familia Moreno de la Cova, la de Moreno Miura, antes de Javier Moreno de la Cova; la que se anuncia a nombre de Saltillo, dirigida por Enrique Moreno de la Cova y la de José Joaquín Moreno de Silva.